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La sesión de hoy, impartida por Miguel Ángel Ariño, un prestigioso profesor del Departamento de Análisis de Decisiones del IESE Business School, fue un catalizador para nuestra evolución tanto personal como profesional. Su mensaje fue claro y potente: las decisiones que tomamos configuran nuestra realidad y, por ende, nuestro futuro.

A lo largo de nuestras vidas, estamos constantemente en la encrucijada de tomar decisiones. Estas decisiones pueden parecer triviales, pero todas tienen algo en común: buscan un resultado. Ariño nos recordó que si no tomamos las riendas y decidimos activamente, serán las circunstancias las que elijan por nosotros, llevándonos por rumbos quizás no deseados.

¿Qué define una decisión correcta? Distinguir entre decidir bien y alcanzar un objetivo es crucial. La eficacia de una decisión se mide por la consecución de nuestros propósitos, aunque factores externos como la suerte juegan un papel. Esto no debe desalentarnos; al contrario, debe motivarnos a esforzarnos y a tomar decisiones informadas.

La realidad es compleja y nuestras percepciones de ella influyen enormemente en cómo decidimos. No existe una fórmula mágica o un conjunto de herramientas que nos garantice el éxito. Conocer bien la realidad es esencial para una toma de decisiones acertada.

El contexto de nuestra sesión se extiende al ámbito organizacional, usando como ejemplo a Pedralbes. Se abordaron las relaciones operativas y relacionales dentro de una organización, destacando cómo nuestras decisiones afectan no solo a nosotros sino también a quienes nos rodean. La manera en que gestionamos estas relaciones y cómo nuestras acciones son percibidas por otros, define en gran medida quiénes somos y cómo crecemos dentro de un colectivo.

A nivel personal, sacrificamos nuestros gustos y deseos en pro de objetivos mayores, como el desarrollo de relaciones significativas. Este sacrificio, esta capacidad de pensar en los demás, es fundamental para tomar buenas decisiones. Un ejemplo palpable es la elección de una mujer para compartir nuestra vida, donde factores como la atracción mutua y la capacidad de sacrificio son clave.

Ariño concluyó con un consejo importante: elegir compartir nuestra vida con alguien que valore y respete principios elevados nos enriquecerá, guiándonos hacia un desarrollo integral.

Decidir. Somos la suma agregada de las decisiones que tomamos. Las palabras de Miguel Ángel Ariño nos invitan a reflexionar sobre la importancia de nuestras decisiones y cómo estas configuran nuestra vida. En NEXT, estamos comprometidos con el crecimiento continuo, entendiendo que somos el resultado de las decisiones que tomamos. Sigamos creciendo juntos.