Siete rasgos propios de una persona madura
¿Por qué es importante la madurez? Podemos pensar en las frutas. Es agradable comer una fruta cuando está madura, en su punto. Usualmente utilizamos la palabra verde o inmadura cuando no ha llegado a su punto. En este sentido, la madurez indica lo que ha llegado a su plenitud y lo que ha desplegado completamente su riqueza, sus posibilidades y sus características. Por otro lado, la madurez es cumplimiento de una promesa porque cada uno de nosotros es el resultado de su pasado pero también es una promesa de futuro.
Rasgos de la madurez
¿Cómo reconocemos una persona madura? La madurez es un proceso que, a veces, se puede afianzar y otras, retrasar. En la sociedad de hoy, hay fuerzas que quieren mantenernos en la inmadurez porque es muy útil para los intereses de este mundo. Siete rasgos propios de una persona madura:
(1) Buen juicio: capacidad de dar una opinión ponderada, razonable y justa. Esto se manifiesta cuando una persona tiene que dar una opinión sobre algo (una situación) o alguien (otra persona). La inmadurez suele caracterizarse por una manera de hablar en la que se acumulan los elogios o las críticas. La madurez implica una capacidad de ver lo bueno en mi adversario y de ver lo defectuoso en mi amigo. La inmadurez es provechosa para los imperios de este mundo porque significa incapacidad de juzgar rectamente o de pensar bien. La característica del buen juicio es la capacidad de ver incluso lo que no corresponde a mi gusto.
(2) Conciencia de talentos y límites: madurez no es solamente que tú conozcas tus límites sino que conozcas los talentos que están dormidos en ti. Si no conoces tus talentos, no los cultivas y nunca maduran.
(3) Estabilidad anímica: cuando una persona tiene estabilidad de ánimo, tú sabes a qué atenerte, cómo tratarla, qué esperar y no esperar de esa persona. En cambio, cuando una persona es inestable, la calificamos de inmadura, suele ser una característica en la adolescencia. Las personas que no tienen raíces fuertes y convicciones profundas están cambiando constantemente.
(4) Jerarquía de prioridades: clara, razonable y estable jerarquía de valores de forma que ni siquiera pierdes tiempo en eso. El inmaduro es el que piensa: «Éstos son mis principios, y si no te gustan, tengo otros».
(5) Distinción entre personas y opiniones: una cosa es respetar a una persona y otra cosa es estar de acuerdo con esa persona. La persona inmadura confunde las dos cosas. Cuando se suprime el desacuerdo estamos jugando a la dictadura y a la manipulación. La lógica de los judíos era y es la siguiente: si tú no piensas como él, él no puede confiar en ti y tú no puedes ser una persona representativa para él.
(6) Capacidad de liderar, acompañar y apoyar: la persona inmadura es narcisista, no sabe desaparecer, tiene que hacerse sentir como sea. Hay gente que habla porque tiene algo que decir, y hay gente que habla porque tiene que decir algo.
(7) Perseverancia hasta el resultado: saber abordar las dificultades, saber luchar contra los obstáculos y saber llegar hasta el final. El inmaduro siempre está empezando. La perseverancia significa dominio de uno mismo, disciplina y abnegación. Nada que valga la pena se hace sin pena.