Algo más que Hollywood
Martí Rodríguez
Si a alguien le encargaran escribir un artículo sobre los residentes de Pedralbes Barcelona2 seguro que recurriría a la metáfora de los personajes. Supongo que el articulista trataría de escribir con gracia que por los pasillos del Colegio Mayor merodean los más variopintos personajes. Tal vez pondría un par de ejemplos. Hablaría de héroes y villanos. De princesas y dragones. De madrugadas y amaneceres. No estoy seguro, pero probablemente traspasaría el umbral de la ficción.
Pero, ¿cuántas metáforas pueden hacerse comparando a los residentes de Pedralbes con personajes de ficción? Sin duda más de las que imaginábamos. O eso es lo que demostró ser La Noche de los Oscars. Se trata de una de las veladas más esperadas del año debido a la fauna colegial, hambrienta de risas y necesitada de terapias anti estresantes ante la inminente llegada de los exámenes finales. El evento consiste en la muestra de un vídeo compuesto por distintos cortes de películas que relacionan a todos los residentes del colegio con personajes o fragmentos de películas, unidos por un parecido físico o por alguna característica de su personalidad.
Así, fuimos espectadores de la transformación de Pau Borrell en el mago protagonista de Willow, de Francesc Bové en la temida profesora Umbridge de Harry Potter, o del parecido entre Mossén Riocabo y Gargamel, el malvado de Los Pitufos. El film, producido por Marc Crosas, Sergi Torrent, Juan Andrés Gea y Joaquín Aguinaga fue alabado por la crítica. El público, en general, se lo pasó en grande y los críticos más profesionales tildaron la noche como “una de aquellas de las que quedan en la retina”.
Sin duda, fue una noche bohemia y divertida que consiguió su objetivo: crear un buen ambiente de risas y compañerismo que nos prepara y precede para los tambores de guerra de los exámenes. La noche de los Oscars dejó a Hollywood atrás para erigirse en el Olimpo del cine. Los personajes pusieron el resto.