Tres novelas sobre Barcelona que todo universitario debería leer
Dicen que toda gran ciudad es en realidad dos ciudades. Una, la más evidente, es la diseñada por arquitectos y urbanistas, construida sobre piedra y hormigón. La segunda, no menos importante, es la ciudad que se construye a partir de las palabras, sobre papel, la que se va tejiendo desde los hilos de la ficción, de sus autores, para terminar existiendo de forma real y paralela a la ciudad de los sentidos.
Esto pasa en París —¿qué serían sus galerías y pasajes si no estuvieran adornados por los poemas de Baudelaire o por la prosa de Cortázar?—, pasa en Londres —capital de Shakespeare, de Jane Austen, de Dickens— y sin duda ocurre en Barcelona.
La capital catalana es la ciudad de Gaudí y de Cerdá, pero es en igual media la ciudad de los autores que la han hecho inmortal.
Aquí te sugerimos tres libros fundamentales que deberías leer para vivir los dos lados de la ciudad.
- Nada, Carmen Laforet
«Por dificultades en el último momento para conseguir billetes, llegué a Barcelona a medianoche, en un tren distinto al que había anunciado, y no me esperaba nadie». Este es el memorable inicio de una de las novelas más importantes de la narrativa barcelonesa y la primera ganadora del premio Nadal.
La historia es narrada por Andrea. Nos cuenta su llegada a Barcelona, su vida asfixiante en un piso de la calle Aribau, el ambiente de la posguerra, su vida universitaria, sus aventuras, sus descubrimientos, sus miedos, sus amigos. En ese sentido, es como si otra estudiante universitaria te ofreciera un tour guiado por esa Barcelona del siglo pasado que, por lo menos en alguna medida, sigue existiendo.
La ciudad y sus espacios son esenciales en Nada; Carmen Laforet no los utiliza como simple “ambiente”, sino que los propone como otro gran personaje en el que se refleja la vida y el pensamiento de Andrea.
Con una prosa ágil y repleta de imágenes, la autora parece dar pinceladas rápidas en las que todas las dudas, emociones y angustian de una joven quedan fundidas a los simientes de la ciudad, hasta retratarse en ella.
- La plaza del diamante, Mercè Rododera
«Una novela poblada de seres inocentes, atropellados por la siniestra criminalidad de unos y otros», según la describe el escritor Enrique Vila-Matas. La plaza del diamante es tal vez la obra culmen de Rododera.
Se narra la historia de Natalia, la “Colometa”, una mujer infelizmente casada a través de la cual la autora intenta retratar a muchas mujeres que se veían obligadas a vivir caminos que no querían. La narración está enmarcada en la Barcelona de la Guerra Civil (incluyendo los años previos y los posteriores).
Aunque parezca una novela lejana, en realidad no es más que un libro sobre la búsqueda de la identidad. ¿Qué más actual que eso? En el fondo todos somos un poco “Colometas” buscándonos a nosotros mismos en la ciudad de plazas, ramblas y puertos.
- La ciudad de los prodigios, Eduardo Mendoza
«El año en que Onofre Bouvila llegó a Barcelona la ciudad estaba en plena fiebre de renovación», así inicia la novela que en sus páginas posteriores demostrará ser precisamente eso: un dibujo de cómo el autor recuerda los cambios y la renovación de la ciudad.
Toda ciudad lo es en un tiempo. Lo interesante de este libro es ofrecer una visión —no histórica, sí novelada— de Barcelona estirada en sus años de cambio, como un retrato hecho con vídeo en lugar de pintura.
Onofre Bouvila es el narrador de la historia. Junto a él iremos avanzando entre relatos que dibujarán con sus huellas la ciudad. Onofre es un pobre repartidor de panfletos que intentará acumular riqueza con métodos astutos pero despiadados. Su voz será el lente por el que veremos la ciudad y sus cambios.