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La Jornada Mundial de la Juventud fue un acontecimiento histórico en el que el Papa Benedicto XVI convocó a los jóvenes de todo el mundo,para dar a conocer el mensaje de Cristo. Y los convocó aquí, en Madrid. Era una oportunidad única para todos… y Pedralbes no podía fallar.

Todos sabíamos que la mejor manera de vivir la JMJ era como voluntarios… y así fue. Varios residentes del Colegio Mayor estuvieron una semana en Madrid, ayudando a la organización del evento en tareas de orden. Cibeles, Cuatro Vientos, IFEMA… El CMU estuvo en el centro de las JMJ en todo momento.

Todos sabíamos que iba a ser una experiencia vital, única en la vida de cada uno… y así fue. Ver a tantos jóvenes tan distintos entre sí, pero tan unidos por una misma fe, es algo que no puedes explicar si no lo ves con tus propios ojos.

Todos sabíamos que el esfuerzo que íbamos a dar como voluntarios no era nada comparado con lo que íbamos a ganar… y así fue. El simple hecho de escuchar en primera persona al Santo Padre ya es algo inexplicable, y más sabiendo que se está dirigiendo expresamente a ti, a cada uno de los jóvenes del mundo.

Todos sabíamos que iba a ser una fiesta de la fe… y así fue. Las calles de Madrid estaban inundadas por peregrinos de todos los rincones del planeta. Los restaurantes, las paradas de metro, los parques… cualquier lugar era óptimo para dar testimonio de la alegría que irradian los jóvenes de Cristo.
Una vez acabada la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, sólo queda una cosa por decir…¡Nos vemos en Río de Janeiro!

TEXTO: Juanan Blanco